miércoles, 15 de agosto de 2012

Sustancias de relleno

Historia de las sustancias de relleno

La historia del aumento de tejidos blandos se remonta a 1893, cuando Neuber intentó utilizar grasa del propio paciente para aumentar los tejidos, empleando grandes fragmentos de grasa libre obtenida de los brazos para reconstruir defectos quirúrgicos; con los años se mejoraron los procedimientos de extracción de grasa,  pero hoy sabemos que los resultados estéticos son pobres y su duración escasa.

     Los primeros implantes se realizaron en 1899, utilizando como material inyectable a la parafina; como esta sustancia migra, ocasionó numerosos casos de embolia pulmonar con procesos granulomatosos intensos; esto se conoce como parafinoma, por lo que su uso a partir del año 1900 fue abandonado, aunque como siempre ocurre, algunos médicos lo siguieron utilizando hasta el año 1960.

     Durante la 2da. Guerra Mundial, cuando las tropas de Estados Unidos llegaron a Japón, a los soldados les llamo la atención la turgencia, uniformidad y la falta de arrugas en la piel de las mujeres japonesas, quienes se inyectaban diferentes tipos de aceites o siliconas.

     A partir de la década del 50, se populariza su uso en Estados Unidos de Norteamérica y de allí al resto del mundo. Con el tiempo la silicona fue mixturada con otros elementos como aceite de oliva, talco, parafina, ácido oleico.

     Al poco tiempo comenzaron a aparecer diversas alteraciones por su uso, migración de las partículas, reacciones granulomatosas conocidas como siliconomas, apertura hacia el exterior, fístulas, reacciones alérgicas y hasta enfermedades de colágeno, como el lupus eritematoso sistémico, debido a los anticuerpos que produce su uso.

     El Dr. Tuysuz nos dice que actualmente su uso esta prohibido en la mayoría de los países del mundo, incluso en Argentina, aunque por su bajo costo sigue siendo utilizado en forma clandestina y colocado por personas con poco entrenamiento e información científica y por médicos que lo publicitan en forma encubierta y con otros nombres, quienes realizan su práctica profesional alejados de normas éticas.

     En 1934 Karl Meyer y su colega John Palmer lograron aislar una sustancia química hasta entonces desconocida, a partir del cuerpo vítreo de los ojos de las vacas. Descubrieron que esta sustancia contenía dos moléculas de azúcar, una de las cuales era el ácido urónico. A raíz de esto, propusieron, por razones de conveniencia, que se le diera el nombre de "Ácido Hialurónico", a partir de las palabras "hialoide" (vítreo) + ácido urónico". En ese momento ignoraban que la sustancia que habían descubierto se convertiría en una de las más interesantes y útiles macromoléculas naturales.

     El ácido hialurónico fue utilizado por primera vez con fines comerciales en 1942, cuando Endre Balazs solicitó patentar un proceso de utilización de este ácido, como sucedáneo de la clara de huevo en los productos de pastelería. Se convirtió en el experto número uno acerca de este ácido y llevó a cabo la mayor parte de los descubrimientos relativos al mismo durante los últimos cincuenta años.

     A partir de 1970 comienza a utilizarse el colágeno bovino para las correcciones de arrugas y cicatrices y se abre un amplio campo de estudio sobre las sustancias de relleno.

     Desde entonces la lista de sustancias de relleno ha ido aumentando progresivamente, incluyendo los diversos tipos de ácido hialurónico, que se ha convertido en el tratamiento de elección.



Contacto:
Dra. Roxana Lépore
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